-->

viernes, 19 de agosto de 2011

Nacho Ravell: Crónica travesía Cabrera-Mallorca

El 13 de Agosto del 2011... entre Cabrera y Mallorca ... fué un día intenso, largo y único, lleno de sensaciones y vivencias profundas que ahora necesito repasar desde la reflexión y compartir, para así asimilarlo del todo y enfocarme en la nueva prueba del 27 de Agosto... en la costa Dálmata de 16km.

Sábado 4:15 am suena el despertador. Tras dormir unas dos horas y a ratos, tras una noche de confidencias y bromas con Carles Céspedes preparando el material, el kit de la boya, etc. y últimos mensajes cómplices con Tere Planas y Mikel Roig a últimas horas de la noche... la esperada jornada por la que he estado entrenando y visionando (entre otras que me vienen en dos y tres semanas), acaba de comenzar.

Desayuno multitudinario con todos los participantes, sonrisas de semblante parecido pero desde diferentes sentidos; sonrisas de apoyo, de inconsciencia, de protocolo, de cariño, de respeto... todos ellos parecidos o diferentes, pero seguro que desde la complicidad de estar en la misma aventura... y de desearnos unos a otros la mejor de las suertes... Después de todo no es una competición, se trata de cubrir los 25km hasta llegar a Sa Rápita y estamos por tanto todos en el mismo barco, sí, en el mismo barco que durante una hora nos lleva a la isla de Cabrera... a uno de los rincones más bellos... Sa Cova Blava...
Parece un inicio idílico, como parte de la organización, como un regalo para nuestros sentidos ... el sol acompaña el amanecer elevándose e iluminando poco a poco, un fondo marino de un azul tranquilo, cercano y amigo.
Empezamos por tanto las más de 16.000 brazadas que tendremos que hacer durante el día, porque tenemos un horario que cumplir, si, si, cada 55 minutos avituallamiento y a partir de la mitad también nos darán cada 30 minutos botellín de agua. Hora programada de llegada a Sa Rápita…hacia las 16h Gritos de ánimo, de nervios, de bromas y de... “venga empecemos de una vez!” … y algún que otro grito con algo de humor negro … seguramente por el nerviosismo y la ansiedad de comenzar.
Pronto la mar de Cabrera nos aleja de ese comienzo sonriente e inaugural, a la realidad de una marea constante de sureste, que no dejó de recordarnos hasta el final quién manda ahí, quienes son los invitados y que, nos obligará tener que demostrarle de que estamos hechos y no de si hacemos series de 100 mts a 1:15 ó a 1:30...
Para algunos nadadores, bastantes tal vez, esta desacompasada e incómoda marea ya nos ha condicionado durante el trayecto en el barco, que junto con el mareo, náuseas y un vaivén del agua que no nos da las sensaciones de control de remada, que esperábamos, nos da la señal de alarma, de una travesía complicada de buen principio y ante muchas horas y km por delante.
Los entrenos en piscina y mar durante la temporada, pasan a segundo plano y los recursos y fortaleza mental tienen el protagonismo… ahora entiendo la máxima del ultrafondista y comentarios de nadadores experimentados: “85% mente, 15% físico”… Ya transcurridas un par de paradas, a unos 3.700 mts/hora, (tal y cómo nos anuncia el juez de la prueba), por lo que ya a más de 7km recorridos y dos avituallamientos, se confirman las dificultades físicas y las sensaciones extrañas.
Mirada a Tere y me confirma sin palabras pero con mucha complicidad que también tiene los mismos síntomas y sensaciones, que está gestionando y alineando su energía y que si la quieren poner a prueba, que ok, acepta el reto... busco a Carles y con un "no estic bé" pero mirada concentrada, me viene a decir lo mismo.
Para mí, esta es exactamente la película… ni en Gibraltar con el doble de distancia estaba con sensaciones tan adversas, pero la motivación por sacar toda mi fuerza mental, y pensando fríamente en ciertos detalles que me quedan por delante y a los que agarrarme me ayudan; me quedan x paradas, cada parada un pequeño reto a superar con premio incluido (bebida), tengo cuatro geles con cafeína que tengo que guardar a buen recaudo hasta la parada 6 como sea y a partir de ahí me reanimará algo, y por último, estoy aquí y ahora y no dejaré que los pensamientos negativos y sufrimientos me puedan, esto es entre la mar y yo, y también acepto el reto, como todos mis compañeros de viaje.
Por otro lado me concentro en las brazadas, en no mirar a la costa pensando que cada vez estoy más cerca porque si miras de nuevo ves que apenas ha cambiado el horizonte y eso puede condicionar, minándote anímicamente. Y justamente de eso se trata, de no minar, todo lo contrario, de alimentar con lo que se pueda el pensamiento positivo.
El mareo se agudiza, las brazadas se hacen pesadas, no por cansancio sino por estar adormecido, casi cerrando los ojos por necesidad… que está pasando?
De repente, lo que simplemente era un reajuste en mi recuperación de fuerzas, bajando algo el ritmo, se convierte en un aviso del piragüísta escoba.
Qué?¿¡¡¡ me están avisando de que podría estar descalificado o que me estoy retrasando demasiado (unos 100mts de la cabeza). Para combatir esta sensación de sueño, me muerdo con fuerza la mano para hacer reaccionar al sistema nervioso… poco hace….
Esto sí que no me lo esperaba… y esta situación me inyecta una rabia interior que simplemente hace que por momentos mi brazada coja algo más de chispa y voy recuperando esos 100 mts teniendo ya a los rezagados como yo en ese momento, superándolos y acercándome a la zona de tranquilidad y donde siempre me había visto en mis visualizaciones.
Tras este susto, ya contactando con el grupo principal de nuevo, busco con la mirada a mis compañeros y a caras conocidas, Carles, Tere, Carme, Robert, David, Luis…. Ya no hay chistes… solo concentración y miradas de búsqueda de apoyo, etc. …
Ya hemos pasado el ecuador de la prueba y ya hemos hecho alguna parada a los 30 minutos por lo que los avituallamientos serán a un ritmo lógico, al que considero deberían haber sido en toda la prueba, por lo que eso me da un plus, junto con mis geles con cafeína, que ya me he tomado el primero y un Red Bull que aunque no ayude al castigado estómago con vitaminas y alimento rico, le da chispa y despierta al estado adormilado que me ha tenido en sus garras tanto rato.
Ya con un ritmo acorde con mi preparación, y junto con la cabeza de la prueba, me siento, aunque saliendo del túnel aún, integrado en el grupo de nuevo con todos mis derechos y parte de mis atributos.
De repente mi chispa de brazada y estado de ánimo crece por arte de magia cuando nos dicen que quedan 7 km y vemos a lo lejos, sí sí, la playa pero con el aliciente del hinchable de llegada… algo nuevo y que anuncia el objetivo por el que hemos estado sufriendo todos los que estamos ahí.
Carles y Tere nos miramos… de nuevo como un equipo de sincro, (Dios, que inolvidable compenetración), empezamos a tirar de la cabeza de la prueba, al haber recuperado nuestra soberanía y sensaciones de brazada en estas aguas mallorquinas.
La organización, el juez, nos va recordando que debemos reagruparnos en varias ocasiones porque somos varios los que estamos algo eufóricos y nos hemos encontrado de nuevo, y ese 15% físico reclama su protagonismo, tantos km tras la activación por necesidad del 85% mental. Ya solo quedan unos cientos de metros.
Intentamos ser solidarios con los otros compañeros que están realmente en sus últimas fuerzas aunque sabiendo que van a llegar, por lo que, como no debía ser de otra manera nos van parando y reagrupando.
En un momento dado Toni Contesti que estaba en la lancha nos comenta que dejarán llegar a todos aunque se estire el grupo y se retrasen, que lo hemos conseguido y que adelante, dejar las bridas para que mansos y no tan mansos se suelten…
Que sensación más bonita para acabar una jornada de 8 horas, de sufrimiento y de lucha mental… dejando que la sensación de brazada, deslizamiento, coordinación y avance, pongan el toque final a un cúmulo de vivencias en una mar que ha tenido la voz cantante y nos ha “dejado” tener la última palabra con esta llegada en sprint de 7 u 8 nadadores que al llegar a la orilla nos alineamos para llegar juntos… abrazos y sonrisas con la gente de la playa tan emocionados como nosotros y dándonos una calurosa bienvenida.
En ocasiones, el intentar explicar una vivencia como esta, se hace algo sobreactuada para el que nunca ha vivido algo parecido, pero en cambio, resulta muy familiar y cercana para los que como este sábado de agosto vivimos juntos y, como pasa en muchas situaciones especiales en la vida, nos ha unido para siempre. Algunos nos seguiremos encontrando en otras pruebas, etc… otros seguiremos entrenando juntos en el Club Mediterrani, para todos, mis felicitaciones y las gracias a ellos a los organizadores y a los voluntarios.
Ya puedo empezar a pensar en los retos de las próximas semanas, espero que ya recuperado y con buenas sensaciones.
Para los aficionados a las estadísticas y números, estás son las cifras de la prueba (paradas, tiempos, distancias, etc) http://connect.garmin.com/activity/106356486